Para las personas con TLP la vergüenza es una emoción de base

Como sabemos las emociones son respuestas complejas que tienen diferentes componentes: el pensamiento, la sensación, la propia vivencia emocional, el impulso de actuar y la acción.

Juguemos un poco. Observa el gráfico. ¿Sabes qué emoción es?

Efectivamente es  la vergüenza. 

Es una emoción  con un gran componente social y con unos efectos demoledores en el desarrollo de la persona y mucho más si esta es hipersensible como le sucede al  TLP.  Va ligada directamente a la valoración que la persona hace de si mismo.

Es el fondo de armario de muchas personas con baja autoestima y esta, a su vez,  se encuentra en muchas dificultades mentales con nombre y apellido, una de ellas es el TLP, pero también se puede encontrar en la fobia social, el trastorno evitativo de la personalidad o la depresión por citar alguno.

Se interioriza como respuesta a unos padres que usan la desaprobación y la comparación (ambas a la vez )  como método educativo. (no como una acción puntual, sino como un patrón, es decir una pauta que se repite) y/o padres exigentes que transmiten una decepción intensa  a los hijos por no haber cumplido sus  expectativas, deseos e ideas. Este patrón educativo daña mucho más a aquellos niños con alta sensibilidad, emocionales como pueden ser las personas con TLP.

Esto sucede en la infancia generalmente cuando los hijos no tienen desarrollo mental para entender que esta reacción de los padres procede de su singularidad, de su historia, de sus creencias y lo atribuyen a deficiencias propias («no soy válido»). Debido a su corta edad no pueden compensarlo con otros comportamientos, pensando sobre si mismos como un conjunto de cualidades y defectos.

Y así a lo largo del desarrollo, muchas situaciones serán leídas como indicativas de falta de valía (si no me invitan a un cumpleaños, si me caigo cuando pongo patines,  si no me dicen que les gusta mi camiseta). Situaciones como esta le confirman “efectivamente no sirvo”.

Primero es un mensaje enviado por los padres, pero mas adelante el niño se lo hace suyo, lo interioriza y encontrará muchas situaciones a lo largo de su vida que le devolverán la misma certeza

Generalmente en la adolescencia o adultez va a ser una persona que se aparta de los demás, evita situaciones sociales y , si no se aparta, su actitud es de distancia. Pondrá barreras para  ser conocido por los demás o para revelar información de si mismo. Será visto como reservado,   precavido y vigilante en sus relaciones.

No obstante y  dependiendo de otros rasgos de personalidad, si la vergüenza es intensa y la persona no puede ocultarse, vigilará cualquier gesto de los otros, cualquier palabra que sea indicativa de que lo que piensa sobre si mismo el otro también lo piensa (hipervigilancia) y frente a terceros sus argumentos puede incluir  tanto el desprecio de los otros como la autojustificación. Por ejemplo cuanto te cuente un incidente en que ve que ha sido destapado haciendo algo incorrecto, culpará al sistema y/o sacará trapos sucios de sus compañeros (desprecio). O bien puede explicarte que tiene muchos problemas y por eso ha actuado así o que su proceso de crecimiento personal explica lo que ha hecho (autojustificación).