Dentro del ámbito de la terapia dialéctico conductual (DBT) y de su evolución en los últimos años ha ido tomando cada vez más relevancia la Mente sabia en su parte espiritual como eje del proceso terapéutico. La propia M.Linehan ya había iniciado este proceso en sus últimos años en activo. M.Bohus (guía y representante de la DBT en la Europa de habla germana desde hace 25 años) explicó “que hay de nuevo en la DBT” en su última conferencia de apertura de los encuentro anual DBT 2023 en Colonia (Alemania) con la frase: “Hemos pasado de la DBT de la pelotita de pinchos y los cubitos de hielo a la DBT de la Mente sabia”.
En el ámbito de la DBT se entiende la mente sabia como un tercer estado de la mente que integraría aspectos emocionales y racionales dando como resultado una sabiduría intuitiva que permiten a la persona tomar decisiones intermedias sin “saltar del blanco al negro” o de lo emocional a lo racional y viceversa.
La mente sabia es mucho más que “una mezcla entre lo emocional y lo racional”. Es un estado de conciencia, de entendimiento y de conexión con la realidad que es cualitativamente diferente del estado emocional y del racional. Más bien hay que poderse liberar del “ruido” emocional y del “ruido” racional para que surja la mente sabia. A veces ese ruido se apaga temporalmente y aparece de forma fugaz la mente sabia como un “aja..” “Ya lo tengo…” “ ya se…” “algo me dice que…” pero muchas veces no la escuchamos y volvemos a los automatismos.
La mente sabia es la más importante de las habilidades de mindfulness porque integra a todas las demás (observar, describir, participar, no juzgar, focalizar y ser efectivo)
En este sentido la mente sabia requiere trascender y vaciar de la mente aspectos cognitivos y emocionales a los que nos aferramos. Cuando “soltamos” los automatismos es cuando surge la sabiduría interior y universal que tenemos todos.
La mente sabia no se aprende con conocimientos ni enseñanzas y como el resto de habilidades de mindfulnes, no es intencional. Si decimos: “voy a practicar mindfulness para estar mejor …” y nos aferramos a un resultado, entonces se pierde la esencia de la mente sabia. Bohus plantea el dilema: “como conseguir que la gente esté mejor sin que la intención sea que esté mejor…”. Dejarse ir y descubrir sin preguntarse para qué…Esto puede parecer contradictorio pero encierra varias cosas: que la DBT es una terapia que sobre todo ha de transmitir experiencia y no conocimientos, que poder llegar a la mente sabia es un proceso que nos homologa a todos los humanos y en el que se diluyen las posibles patologías y condiciones de cada individuo.
Las personas que han sufrido traumas y tienen desregulaciones severas tienen recuerdos negativos asociados a experiencias vitales y tendrán otras dificultades para llegar a su mente sabia, pero pueden hacerlo. El trabajo del psicoterapeuta ha de consistir entonces en ayudar a la persona a buscar la forma y los momentos en que ya se ha manifestado su mente sabia y rescatarla. Cada persona tiene un momento y un medio diferente a través del cual ha experimentado alguna vez esa fuerza. Puede ser la experiencia creativa por ejemplo o en una relación, con un animal, en la naturaleza, la espiritualidad etc…Esa capacidad ya la tienen ahí desde siempre.
“Tu no eres una gota en el océano sino que eres el océano entero en una gota”
Bohus cuestiona la premisa de que las personas que tienen dificultades de regulación hayan de “aprender” o “reaprender” de nuevo las cosas y de que los terapeutas seamos los que se lo podamos enseñar.
Se aboga más por entrenar a través de ejercicios de meditación (mindfulness y autocompasión MSC ) para que se pueda producir esa especie de “apertura” para ir ordenando distintos aspectos: cogniciones, percepción del cuerpo y regulación de la respiración que tendría como resultado una mejor regulación de emociones intensas vinculadas a recuerdos negativos y traumáticos.
Bohus señala también en su reflexión la conveniencia de no quedarse sólo en la sustitución de las conductas autodestructivas por habilidades de tolerancia al malestar.
Esta sustitución es relativamente fácil de realizar, pero si no se desarrollan otras habilidades de tolerancia, aceptación y prevención. El riesgo de recaída es mayor y además puede persistir el miedo a los estados de malestar y la creencia de no poderlos tolerar. Por eso propone incidir en la exposición a las emociones intensas y desagradables con la ayuda de las habilidades de mindfulness.
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