Cuando se tiene un trastorno de alimentación, realmente aparecen muchos conflictos de trastorno mental ya que es uno de los factores que hace que se desencadene ese desajuste emocional y personal. Las presiones familiares, sociales y las propias hacen que tengamos un excesivo culto a nuestro cuerpo.

Al aparecer un trastorno de alimentación, lo que sucede es que hay unos sentimientos extremos hacia la comida, pues se tiene una imagen propia muy diferente y por ende es cuando aparecen los reales problemas físicos y emocionales.

Si bien los trastornos de alimentación no son nada nuevos, si que están muy relacionados con el TLP pues pueden llegar a dispararlo y empeorarlo si ya no estaba.

En sí, al hablar de los trastornos de alimentación, nos podemos encontrar con tres tipos de personas diferentes:

Anorexia nerviosa: tenemos una imagen corporal muy diferente y distorsionada a la que hay hasta ahora, lo cual hace que dejemos de comer y hacer ejercicio de forma compulsiva para llegar a ese patrón que tanto deseamos.

Bulimia nerviosa: se hacen ingestas de comida de forma excesiva y después se eliminan de distintas formas para que no queden secuelas en el cuerpo.

Ingesta compulsiva: son los que tienen episodios de comer sin parar, como en la bulimia, pero la diferencia es que después no se hace una expulsión de ello.

Aunque pueda parecerte que no es algo que afecta a muchas personas, porque no sólo las mujeres sufren de ello, sí que lo es ya que se calcula que cerca del 1% de las adolescentes de todo el mundo sufren anorexia y entre un 2 a 3% llegan a sufrir bulimia nerviosa.  Por supuesto que las mujeres son mucho más susceptibles a ello que los hombres pues viven una presión social mayor.

Son muchos los factores que pueden llevar a una persona a sufrir sobre ello, como por ejemplo hay factores psicológicos como lo son los problemas de autoestima, sentimientos de inferioridad, estados de ánimo depresivos, así como factores familiares o sociales que tienen que ver con problemas interpersonales, aislamiento o retraimiento social, escasez y problemas en las habilidades sociales, abusos físicos o sexuales en el pasado, etc. No hay que olvidar también el sumarle los factores culturales pues la presión por un estereotipo de cuerpo es muy grande.

Sin duda la anorexia, bulimia y los trastornos de alimentación tienen mucho que ver con el TLP. Si sufres o tienes síntomas de algún familiar que podría estar sufriendo este trastorno, no dudes en consultar con profesionales.