¿Te has preguntado en qué se diferencian la depresión del trastorno límite de la personalidad (TLP) y la depresión mayor (DM)?

Los trastornos mentales comórbidos son comunes en las personas con TLP y deben evaluarse simultáneamente a la hora de hacer el diagnóstico. Los datos encontrados en Estados Unidos sugieren que las personas con TLP tienen tasas de por vida del 84,5% para los trastornos de ansiedad y del 82,7% para los trastornos del estado de ánimo. 

Puede darse la circunstancia de que coexistan ambos diagnósticos a la vez, o puede tratarse de síntomas depresivos más leves que deben abordarse en la psicoterapia, pero no llegan a conformar una depresión mayor. 

Aquí te mostramos algunas de las diferencias entre la depresión del trastorno límite de la personalidad y la depresión mayor.

 

Depresión Mayor Depresión del trastorno límite de la personalidad
Síntomas estables Pueden requerir tratamiento antidepresivo Síntomas más volátilesSíntomas reactivos al estrés

Remiten con las mejoras del TLP

Autoestima fluctuante 

Visión del yo como inadecuado y despreciable

Hipersensibilidad al rechazo

Mala interpretación de las señales sociales 

Desconfianza en las relaciones interpersonales 

Dolorosa sensación de soledad 

Vacío

 

En el TLP la depresión tiene una forma más volátil y cambiante en función de las circunstancias externas que está viviendo la persona. 

En la base del malestar depresivo suele estar presente una percepción negativa del yo, algo más profundo y nuclear que una simple “autoestima baja”. La persona experimenta una sensación permanente de no encajar, ser diferente en negativo y de que los demás se van a dar cuenta y le rechazarán. Esa sensación le dificulta el relacionarse de forma espontánea y fluida, experimentando desconfianza, rechazo y miedo al abandono.

Por otro lado, la emocionalidad y las dificultades para regularse pueden llevar a la persona a experimentar reacciones intensas ante situaciones estresantes de su vida cotidiana, que remiten una vez el estímulo ha desaparecido o se ha gestionado.  

La información sobre las características, causas, evolución y tratamiento del TLP son necesarias para que la persona que lo padece se convierta en un elemento activo en su proceso de recuperación. Consulta la guía clínica sobre el TLP que elaboró el Servei Català de Salut en 2011.