Por Mónica Lavilla
Los días mundiales son celebraciones que expresan la necesidad de que la sociedad en su conjunto vuelva su mirada sobre determinados temas. Como cada año desde 1992 ,este año se celebra el 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Menta en el trabajo. Esta celebración nació por iniciativa de la Federación mundial para la salud mental (WFMH) para concienciar a la población de la relevancia de la salud mental . Su objetivo es movilizar a todos los estamentos de la sociedad en los condicionantes y la relación entre salud mental y trabajo.
Historia de la salud mental y trabajo
Los primeros acercamientos al tema de salud mental y trabajo se produjeron en torno a la década de los 70 cuando se tomó consciencia de la relación entre el estrés laboral y la productividad. Se empieza a reconocer la relación entre ambas variables y cómo la salud mental del empleado afecta a la productividad. En las décadas de los 80 y los 90, se establecen diferentes variables del estrés laboral (ambiente de trabajo, horarios, estilos de liderazgo…) y se realizan estudios que obtienen datos concretos de la relación entre salud mental y trabajo. Como consecuencia se empiezan a desarrollar protocolos y programas de bienestar laboral en las empresas y el área de recursos humanos empieza ya a tener una dimensión más centrada en las necesidades humanas y personales que configurará un “gano-ganas” entre la empresa y el trabajador. Finalmente a finales del XX y principios del XXI hay un creciente reconocimiento de la importancia de la salud mental en la salud general y se comienza a analizar temas críticos de salud mental (mujeres, envejecimiento, suicidio, adolescencia y juventud, adultos mayores, etc).
Salud mental y trabajo: algunos de sus ejes
Según la Real Academia Española la palabra trabajo tiene diferentes acepciones, desde ocupación retribuida, dificultad e impedimento o esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza y casi el 60% de la población mundial trabaja. Salud mental y trabajo es un tema que tiene diferentes ejes: estudio de las variables psicosociales y ergonómicas que afectan la salud mental en el trabajo, patologías más habituales relacionadas con el trabajo y que provocan bajas, la dificultades y particularidades de la inclusión de personas con dificultades mentales en entorno laborales. En cualquier caso hay que destacar que el trabajo contribuye a proporcionar un medio de vida a la persona pero es mucho más importante cómo aumenta la sensación de competencia y de autoestima.
Y cuando hay problemas de salud mental, como las personas con TLP, un trabajo proporciona un sentido de utilidad, inclusión social e independencia que sin duda van a contribuir a mejorar su salud mental. En el caso de las personas con TLP recomendamos su incorporación al medio laboral siempre que se hayan desarrollado un equilibrio psicológico suficiente para responder a las demandas externas sin un exceso de estrés o tensión; que tengan la posibilidad, aunque no la obligación, de acceder a trabajos con una cierta adaptación (flexibilidad, horas de trabajo…); que no sean ni muy mecánicos ni muy cambiantes y que haya un seguimiento realizado por un técnico laboral para poder orientar tanto a la empresa como al trabajador respecto a las interferencias que puedan surgir. El objetivo con las personas con TLP es que el trabajo sea un elemento más para aumentar y mantener su sensación de valía y competencia, pero no el único o el principal elemento de salud mental y adaptación psicosocial.
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