La experiencia de criar a un hijo es ya de por sí algo que te pone a prueba en muchos aspectos. Pero cuando tienes tanto miedo de no hacerlo bien y te auto exiges mucho más, no te permites ningún fallo y además tienes desreguladas tus emociones; es muy probable que te veas desbordada y desconfíes de tu capacidad para ser una buena madre.

A lo largo de más de veinte años hemos trabajado con muchas madres con tlp y hemos podido constatar en la mayoría de los casos:  por una parte, el enorme esfuerzo y empeño para cumplir su función de madres y por otro las dificultades reales y la necesitad de apoyo y orientación que precisan las madres con desregulación emocional severa. 

Parte de la ayuda que necesitan ellas y su entorno es de tipo psicoeducativo con el objetivo de:  resolver dudas, identificar y desmontar mitos y creencias acerca de la maternidad, identificar y priorizar de forma más objetiva y efectiva las necesidades de un menor. Aprender a identificar y priorizar aquello que es su responsabilidad y lo que no lo es. Aprender habilidades para estructurarse y ser flexible en el cuidado del niño e identificar y suavizar cuando pasan de un extremo a otro o poner límites adecuados sin sentirte culpables.

El tema hijos se aborda poco en las psicoterapias. Posibles razones:  Las crisis, el malestar propio o los conflictos de pareja se priorizan y tapan dificultades con los hijos, el miedo y la vergüenza llevan a no señalar ni buscar ayuda para prevenir.

Los dispositivos sociales pueden actuar de forma invalidante y punitiva por lo que hay desconfianza y miedo a la hora de buscar su ayuda.

Como cualquier condición en la vida de un adulto, el tener hijos conlleva efectos positivos y también retos y dificultades que superar: 

  • Ayudan a madurar y a ver la propia historia desde otro punto de vista
  • Dan sensación de pertenencia y responsabilidad
  • Activan los propios recursos y competencias 
  • El deseo de bienestar y cuidado hacia el hijo motiva a los padres a solucionar problemas propios, aceptar un tratamiento, etc…
  • Muchas madres con tlp son muy conscientes de su responsabilidad y harían cualquier cosa por proteger a sus hijos y evitar que tengan que pasar por lo mismo que ellas.

Y estos aspectos positivos van también acompañados de retos y dificultades:

  • Los niños sanos ya exigen una atención y dedicación importante y ponen sus necesidades en primer plano sin reparar en cómo estén sus padres.
  • Muchas veces los niños tienen otras complicaciones de salud y emocionales que pueden desbordar
  • Las madres entran en conflicto entre su exigencia de ser una buena madre y su propia necesidad de descanso y de tener tiempo para sí mismas.

Uno de los mitos que suele haber sobre las personas con tlp es que no están capacitados para tener hijos. Esto no es cierto de forma categórica. Es importante reconocer las dificultades reales que pueden tener (la mayoría de las cuales se puede trabajar y mejorar) sin juzgar ni generalizar y también reconocer sus puntos fuertes.

El tlp puede complicar el reto de la maternidad por diversos factores:  

  • Generalmente las madres con tlp no han tenido buenas experiencias con las figuras primarias de apoyo, han sufrido traumas y han desarrollado estilos de apego disfuncionales
  • Esto hace que para ellas el desarrollar su rol de madres y establecer vínculos sea un reto más difícil
  • Madres con tlp se sienten menos satisfechas, más incompetentes y estresadas 
  • Tienden más a confundir roles (los niños asumen el rol de adulto)
  • Tienden a “pasar de un extremo a otro” por lo que puede haber oscilación entre una sobreimplicación con el niño y una “retirada” y evitación del contacto
  • Tienen menos estructura en la interacción con los hijos 
  • Puede haber una mayor tendencia a cambios de pareja, de vivienda, de colegio o ausencias de la madre por ingresos o crisis
  • Tienen más dificultades a la hora de poner límites y favorecer la autonomía del menor
  • La apreciación de las necesidades y los métodos educativos adecuados a la edad pueden puede fallar

Al mismo tiempo las personas con tlp pueden aportar ventajas:

  • Gran capacidad de empatía y sensibilidad por el sufrimiento del otro
  • Apertura emocional y creatividad
  • Alta conciencia de sus dificultades y buena predisposición a pedir ayuda y hacer tratamiento
  • Cuando consiguen regular conductas y emociones suelen responder de forma adecuada a las necesidades de sus hijos
  • Su predisposición a hacer cambios por el bien de sus hijos es alta
  • Suelen buscar a ayuda adecuada para sus hijos en el entorno

Teniendo en cuenta todo lo anterior se pueden concretar los aspectos en los que pueden necesitar ayuda:

  • Ayudarles a romper el círculo vicioso y la transmisión de problemas familiares heredados 
  • Enseñarles a interactuar de forma más positiva con sus hijos
  • Ayudarles a asumir mejor las exigencias que plantea la educación de sus hijos
  • Psicoeducación (ajustar expectativas y exigencias)
  • Cambiar de perspectiva (empatía, respeto y validación)
  • Estrategias educativas (límites, reglas, ser consecuente)
  • Regulación emocional (dar y recibir cariño, reacción consistente ante emociones del niño)
  • Gestión del estrés (solución y prevención, limites personales, pedir ayuda)
  • Crear estructura (rutinas, predicibilidad, regularidad)
  • Autocuidado (atender la propia salud, ocio etc…)
  • Mindfulness y aceptación (aflojar, dejar fluir, no juzgar, no buscar culpables)

 

Basado en el libro “Madres con trastorno límite de personalidad. Manual de entrenamiento” Buck.Horstkotte. Rennenberg.Rosenbach.2015”