El miedo al abandono es uno de uno de los síntomas principales del trastorno. Se recoge como uno de los criterios diagnósticos del TLP en el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM-5) de la siguiente manera: La persona experimenta un fuerte miedo al abandono real o imaginario y como consecuencia realiza esfuerzos desesperados por evitarlo.
Cuando hablamos de abandono imaginario, nos referimos a que, aunque no esté sucediendo, el cerebro de las personas con TLP reacciona de forma más sensitiva a señales sociales de rechazo o abandono, como, por ejemplo, no recibir respuesta inmediata a un mensaje o vivir un distanciamiento emocional. Esto viene determinado por su historia de aprendizaje (apego en la infancia, traumas vividos, abandonos previos, necesidades no cubiertas, etc.) siéndole difícil distinguir si estas señales de abandono son relevantes y actuando siempre como si lo fueran. Puesto que la identidad y sentido del “yo” en las personas con TLP depende en gran parte de los demás, sentirse solos es como perder el sentido de identidad.
Aunque es un sentimiento universal tener miedo a que la persona con quien estamos seguros y a gusto pueda alejarse, la persona con TLP siente mucho más estrés emocional cuando sufre un abandono o cuando intuye o teme que el rechazo o el abandono lleguen.
Cuando la persona con TLP siente que puede perder a esa persona especial, siente el fuerte impulso de evitarlo realizando acciones impulsivas y extremas acompañadas de niveles altos de ansiedad. Por ejemplo, puede querer hablar insistentemente, preguntar repetidamente, estar cerca, enfadarse, prometer ciertas cosas o necesitar transmitir su vulnerabilidad sin filtros. Pueden ser intentos desesperados de convencer a la persona de que no la deje, tratar que vea cosas buenas y valiosas en ella, y conocer los motivos reales de su alejamiento. Invierte gran cantidad de energía en la otra persona, en vez de dedicar esa energía a cuidarse o recuperarse de la ruptura.
Como consecuencia se produce un efecto paradójico ya que la presión o desesperación provoca respuestas invalidantes por parte del otro, aumenta el miedo y va creciendo la necesidad de arreglarlo, pudiendo esta dinámica contribuir a la ruptura definitiva de la relación, pero también dejar exhausta a la persona con TLP y con una sensación de fracaso que constituye un nuevo trauma. Cuando la ruptura se produce tiende a devaluar al otro como mecanismo automático para distanciarse emocionalmente y que no duela.
Otra de las paradojas con el miedo al abandono es que puede esconder una relación poco saludable o abusiva que la persona con TLP mantiene, aunque le haga daño o perjudique, porque le asusta menos que la idea de estar solo/a. Es decir, el miedo a que se termine lleva a permitir una relación poco sana o incluso destructiva.
Las personas con TLP explican que el miedo al abandono que experimentan no es solo intelectual y que no puede ser entendido desde la lógica. Se trata de una sensación interna que involucra el cuerpo entero a nivel físico y que arrastra de tal manera que sienten que van a perder el control. Les sobrepasa el impulso de evitarlo a cualquier precio, no pueden imaginar la vida sin esa persona. Hay varias emociones involucradas: inseguridad, miedo a quedarte sin esa persona, vacío existencial o identitario, vergüenza, culpa y enfado por necesitar a otra persona de esa manera y ser vulnerable.
¿Qué puedes hacer si te pasa?
Cuando notes que estás teniendo miedo a un abandono (pero la persona no te ha dicho explícitamente que quiere dejarte), observa tu miedo y tu impulso a ponerte en marcha para evitarlo, pero no hagas nada. No olvides que sentirte abandonada no significa que estes siendo abandonada. Congélate, espera y escribe una lista de explicaciones alternativas para su distanciamiento. Si lo ves apropiado, comprueba con la otra persona lo que está sucediendo. Pregunta de forma adecuada, interésate sin dar nada por hecho. Recuerda que dos cosas pueden ser ciertas al mismo tiempo (dialéctica): alguien puede quererte y necesitar tiempo a solas ahora mismo; tener ganas de verte y ganas de hacer más cosas con otra gente; quererte y no estar de acuerdo contigo en algo; etc. También la dialéctica es aplicable para ti, por ejemplo, sientes que es una persona especial y sabes que habrá otras personas especiales. Antes de actuar debes ocuparte de ti, calmarte, acompañarte y reflexionar desde tu mente sabia.
¿Qué pueden hacer las personas que te quieren?
Si tienes una relación cercana o íntima con alguien que tiene TLP te puedes encontrar con múltiples situaciones en las que hagas o digas algo que dispare esta emoción. Por ejemplo, si no contestas sus mensajes en un tiempo corto, cancelas una cita en el último momento o llegas tarde, le expresas tu desacuerdo o le dices que algo no te ha gustado; o también si pones un límite inapropiado o de forma rotunda. Debes validarle ese miedo y a la vez expresarle tus necesidades de forma respetuosa y compasiva. Podéis encontrar la manera de compartir su temor y quizás haya fórmulas que ayuden a los dos, pero sin abordar directamente este tema seguramente eso no será posible.
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