Cuando hablamos de desregulación emocional en el sentido más amplio, hemos de incluir de forma especial las alteraciones derivadas de los cambios y hormonales relacionados con el ciclo menstrual femenino.
El síndrome premestrual merece una atención especial ya que como veremos más adelante, va mucho más allá de las molestias connaturales al ciclo menstrual de cualquier mujer. Se trata en algunos casos de una transformación tan marcada que puede llegar a tambalear, no sólo las emociones y algunas conductas, si no también aspectos cognitivos y de identidad de quien lo padece.
Se concibe como una combinación de síntomas, tanto de carácter físico como psíquico, que muchas mujeres tienen una semana o dos antes de su período menstrual.
Es un término cuestionado en la comunidad científico-sanitaria ya que existen distintas perspectivas para abordar lo que este significa. Hay modelos como el psico-social o el biológico- evolucionista y el biomédico.
Algunos expertos lo consideran como un verdadero síndrome que puede ser diagnosticado: “Los estudios realizados desde el modelo biomédico implican una disfunción biológica como factor etiológico y todos ellos requieren la definición de un fenómeno dicotómico”. (Walker, 1995)
“La mayoría de los estudios realizados desde dicho modelo derivan de la conceptualización original de Frank en la cual las fluctuaciones hormonales anormales o excesivas acaban en estados anímicos igualmente anormales que requieren de tratamiento médico y un diagnóstico” (Magda García Porta, 2006)
Otros expertos, desde el modelo psico-social, creen que es un fenómeno intrínseco al propio ciclo sexual femenino y que no debe “patologizarse” o tratarse como un síndrome ya que se construye debido a factores socio-culturales. Consideran que la concepción de este síndrome se basa en que la cultura determina qué grupos de signos y síntomas son reconocidos como enfermedad. De manera que experiencias fisiológicas similares serán descritas como enfermedad en algunas culturas y en otras no:
“Johnson (1987) y Rodin (1992) afirman que mientras las experiencias premenstruales son reales, su construcción como enfermedad es específicamente cultural” (Magda García Porta, 2006)
“En realidad, mucho de lo que se dice sobre el SPM y las emociones, está fundamentado en sexismo y normas de género, no en hechos biológicos” (Erica Avey,2016)
“Sáez (1988) cree que la existencia de las experiencias peri-menstruales no tendría que enfocarse de la manera en que se está haciendo actualmente, en base a manuales diagnósticos, la pretensión de los cuales es obviamente etiquetar a la población enferma, todo ello basándose en una comprensión de la enfermedad de tipo mecanicista y cada vez más alejada de los factores sociopolíticos que contribuyen a su existencia.” (Magda García Porta, 2006)
Por otro lado, el modelo biológico-evolucionista considera que el síndrome premenstrual es un fenómeno evolutivo por el cual mediante la hostilidad de la hembra hacia el macho en fase post-ovultatoria, aumenta la frecuencia del coito durante las fases fértiles del ciclo.
Lo que sí ha quedado claro es que no todas las mujeres sufren el SPM, o al menos no todas con el mismo grado de intensidad. Parece que las mujeres de entre 20 y 30 años son las que tienen síntomas con mayor frecuencia.
Estudios epidemiológicos reportan que por lo menos el 75% de las mujeres con ciclos menstruales regulares experimentan algún síntoma del SPM (Johnson, 1987) a lo largo de su vida, aunque menos del 10% de ellos son muy intensos, siendo aproximadamente un 4% en las que se cumple el criterio de SPM (Gándara, 1999).
Para saber más
Magda García Porta. SÍNDROME PREMENSTRUAL (SPM): APROXIMACIÓN
CRÍTICA.AIBR. Revista de AntropoIberoamericana.[Internet].2021[Consultado].Volumen 1, Número 1. Enero-Febrero 2006. Pp. 80-102. Disponible: ttp://www.aibr.org/antropologia/01v01/articulos/010105.pdf
María Griselda Silva Ruvalcaba. Alteraciones emocionales en mujeres con síndrome premenstrual y su relación con el electroencefalograma. Tesis que para obtener el grado de MAESTRO EN CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO (OPCIÓN NEUROCIENCIAS). Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, División de Ciencias Biológicas
Departamento de Ciencias Ambientales, INSTITUTO DE NEUROCIENCIAS. Universidad de
Guadalajara. Enero de 2006 Disponible en http://repositorio.cucba.udg.mx:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/5288/Silva_Ruvalcab a_Maria_Griselda.pdf?sequence=1
Tamaki Matsumoto , Takahisa Ushiroyama, Tetsuya Kimura, Tatsuya Hayashi, Toshio Moritani.Altered autonomic nervous system activity as a potential etiological factor of premenstrual syndrome and premenstrual dysphoric disorder.Department of Health Science,
International Buddhist University, 3-2-1 Gakuenmae, Habikino, Osaka, 583-8501, Japan.2007 Dec. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18096034/
Ann M. Clemens,Constanze Lenschow,Prateep Beed,Lanxiang Li,Rosanna Sammons,Robert K. Naumann, Hong Wang, Dietmar Schmitz, and Michael Brech. Estrus-Cycle Regulation of Cortical Inhibition. Cell Press. Current Biology29, 605–61 5February 18, 2019.Disponible en: https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0960982219300740?token=1FF3E1B8FA73B2AD4 6B1598D9C853F2B896414E3DCCA87C77F1AB7664164630587926CF830FD049C05BFBE
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CCAdicciones. Placer y recompensa en las adicciones. ¿Cómo se originan?. [Internet] [Revisado: 21/9/2018; Consultado: 11/11/21] Disponible en:
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Saavedra J., Díaz W,. Zúñiga L., Navia C., Zamora T. Correlación funcional del sistema límbico con la emoción, el aprendizaje y la memoria. [Internet]. [Revisado: 2015; Consultado:
14/11/21] Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/morfolia/article/download/52874/52541/259718
David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of Medicine. Also reviewed by David Zieve, MD,
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