La etiología del SPM no se conoce de manera especialmente clara. Algunos estudios sugieren que puede estar relacionada con los efectos que generan los cambios rápidos en los niveles de hormonas sexuales durante la fase lútea del ciclo menstrual y las afectaciones que estos comportan en los sistemas neuroendocrinos, circadianos y de neurotransmisión (principalmente el serotoninérgico y el GABAérgico). Además, también existen otros factores que influyen en su aparición como factores de carácter genético, factores sociales y medioambientales.

Se conoce que los dos grandes protagonistas hormonales que dan lugar a las fluctuaciones emocionales en el síndrome premenstrual son la progesterona y los estrógenos. Esto es debido a que se han encontrado diferencias en los niveles de estas hormonas gonadales y en la actividad de los neurotransmisores entre mujeres diagnosticadas con SPM y sin dicho síndrome.

La variación temporal de síntomas que se experimentan durante el ciclo menstrual y la cercanía con la fase lútea indicarían que los síntomas del SPM son producidos por el cuerpo lúteo del ovario.

Se ha observado que los metabolitos de la progesterona varían durante el ciclo menstrual y que se asocian con deficiencias en la memoria verbal, fatiga, confusión y con una lentificación en la actividad motora. Estos metabolitos ejercen su acción sobre el sistema de neurotransmisión GABA, inhibiendo la actividad neural a través de las interacciones con este receptor lo que puede explicar, en parte, la aparición de los síntomas del SPM.

Los niveles cambiantes de estas hormonas sexuales, provocan cambios en los estados afectivos y comportamentales en la mujer.

Cuando el nivel de estrógenos es alto, hay una mejora en el estado de ánimo y menores respuestas agresivas ante eventos que pueden desencadenar frustración ya que los estrógenos ejercen un efecto energizante y antidepresivo e incluso en dosis bajas tienen efectos ansiolíticos.

Pero se sabe que si la cantidad de estos es desmesuradamente alta debido a ciertas anomalías, puede llegar a producir ansiedad, irritabilidad y labilidad emocional.

Diversos estudios indican que la ansiedad se incrementa en la fase premenstrual del ciclo en la cual el nivel de progesterona es bajo. Por otro lado, se indica que excesivos niveles de progesterona pueden producir sedación y depresión.

“Los efectos excitatorios del estradiol, se relacionan con la expresión de emociones positivas durante la fase folicular. Sin embargo, durante la fase lútea se pierde esta relación, debido al incremento y caída de los estrógenos y la progesterona, incrementando la expresión de emociones negativas (Bancrofy Backstróm, 1985; Herderson y Whissell,

1997).”

“Los estudios realizados confirmaron que la relación entre el inicio del desarrollo de los síntomas y el pico de progesterona en la fase lútea del ciclo es obvia y que por lo tanto, es necesaria la formación del cuerpo lúteo y la ovulación para que se desarrolle el SPM, ya que se ha encontrado que en ciclos anovulatorios, ya sean espontáneos o inducidos, donde todavía no se ha formado el cuerpo lúteo, lo síntomas premenstruales desaparecen (Hammarback, 1988; 1991 ).”

La acción conjunta de los estrógenos y la progesterona inducen distintos síntomas en el SNC, en comparación con su acción individual. Se conoce que el estradiol, la progesterona y su metabolito activan receptores específicos GABA, en el cerebro.

Como conclusión podemos determinar que, tanto los estrógenos como la progesterona, tienen influencia en las funciones cerebrales y por lo tanto esto se refleja en expresiones emocionales cognitivas y conductuales en las mujeres.

Es posible que las alteraciones en el estado de ánimo y la mayor tendencia a los estados afectivos negativos en las mujeres que tienen SPM, estén asociadas a un descenso en los niveles de hormonas femeninas, como son los estrógenos y la progesterona o a un desequilibrio entre ellas, además de otros factores ambientales, que podrían estar modulando sus efectos.

Las mujeres con SPM, en comparación con las que no lo tienen, en general muestran un estado emocional más negativo, así como una mayor dificultad en su capacidad para mantener relaciones y en el control emocional, así como un sentido de identidad alterado, independientemente de la fase del ciclo menstrual (peri-ovulatoria y premenstrual). (2)(3)

 

 

Figura 2: Escala analógico-visual relacionada con las emociones

Otros factores que contribuyen a la aparición del SPM

Hemos descrito la posible relación entre los cambios hormonales y el SPM, pero existen otra serie de factores que podrían ser determinantes en la aparición de este:

  • La desincronización de los ritmos circadianos puede inducir a los desórdenes afectivos. Se conoce que las hormonas reproductivas juegan un gran papel en la regulación y estabilización de los sistemas circadianos en los animales.

“Los ciclos circadianos pueden alterar las diferentes fases del ciclo menstrual y la duración de las mismas, ocasionando así alteraciones en el estado de ánimo en mujeres que son más vulnerables (Parry, 2001) “

  • Influencia de factores socio-culturales en el SPM. Se ha observado que la diferente sintomatología presentada en el SPM podría deberse a aspectos socio-culturales tales como: nivel educativo, nacionalidad, estado civil, número de hijos, nivel de educación, ocupación, etc.
  • La importancia de la percepción subjetiva en experimentar los síntomas de la menstruación, ya que se ha reportado una importante reducción de los síntomas negativos en mujeres diagnosticadas con SPM después de recibir asistencia psicológica.
  • El estrés puede generar una alta sensibilidad a las hormonas reproductivas sirviendo para crear una vulnerabilidad pre-existente a presentar alteraciones emocionales dependientes de factores sociales o ambientales.

“Las mujeres con SPM reportan más estrés y conflictos en su vida; con mayor impacto, en comparación a las mujeres que no tienen SPM (Fontana y Palfai, 1994).”

 

Para saber más

 

Magda García Porta. SÍNDROME PREMENSTRUAL (SPM): APROXIMACIÓN 

CRÍTICA.AIBR. Revista de AntropoIberoamericana.[Internet].2021[Consultado].Volumen 1, Número 1. Enero-Febrero 2006. Pp. 80-102. Disponible: ttp://www.aibr.org/antropologia/01v01/articulos/010105.pdf

 

María Griselda Silva Ruvalcaba. Alteraciones emocionales en mujeres con síndrome premenstrual y su relación con el electroencefalograma. Tesis que para obtener el grado de MAESTRO EN CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO (OPCIÓN NEUROCIENCIAS). Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, División de Ciencias Biológicas

Departamento de Ciencias Ambientales, INSTITUTO DE NEUROCIENCIAS. Universidad de

Guadalajara. Enero de 2006 Disponible en http://repositorio.cucba.udg.mx:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/5288/Silva_Ruvalcab a_Maria_Griselda.pdf?sequence=1

 

Tamaki Matsumoto , Takahisa Ushiroyama, Tetsuya Kimura, Tatsuya Hayashi, Toshio Moritani.Altered autonomic nervous system activity as a potential etiological factor of premenstrual syndrome and premenstrual dysphoric disorder.Department of Health Science,

International Buddhist University, 3-2-1 Gakuenmae, Habikino, Osaka, 583-8501, Japan.2007 Dec. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18096034/

 

Ann M. Clemens,Constanze Lenschow,Prateep Beed,Lanxiang Li,Rosanna Sammons,Robert K. Naumann, Hong Wang, Dietmar Schmitz, and Michael Brech. Estrus-Cycle Regulation of Cortical Inhibition. Cell Press. Current Biology29, 605–61 5February 18, 2019.Disponible en: https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0960982219300740?token=1FF3E1B8FA73B2AD4 6B1598D9C853F2B896414E3DCCA87C77F1AB7664164630587926CF830FD049C05BFBE

9B8AC50EED&originRegion=eu-west-1&originCreation=20211128190506

 

CCAdicciones. Placer y recompensa en las adicciones. ¿Cómo se originan?. [Internet] [Revisado: 21/9/2018; Consultado: 11/11/21] Disponible en:

https://www.ccadicciones.es/nucleo-accumbens/

 

Saavedra J., Díaz W,. Zúñiga L., Navia C., Zamora T. Correlación funcional del sistema límbico con la emoción, el aprendizaje y la memoria. [Internet]. [Revisado: 2015; Consultado:

14/11/21] Disponible  en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/morfolia/article/download/52874/52541/259718

David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of Medicine. Also reviewed by David Zieve, MD,