Lamentablemente, el suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y afecta a personas de todas las edades, pero las tasas de suicidio tienden a ser más altas en ciertos grupos demográficos. En muchos países, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes y adultos jóvenes, especialmente en el grupo de edad de 15 a 29 años.
Los factores protectores del suicidio en adolescentes son aquellas circunstancias, características o recursos que pueden ayudar a prevenir el riesgo en esta población vulnerable.
Es importante destacar que estos factores no garantizan por completo la prevención del suicidio, pero pueden reducir significativamente el riesgo.
La OMS hace las siguientes recomendaciones para prevenir el suicidio:
- Promoción de la salud mental : Fomentar la salud mental desde una edad temprana es crucial. Las escuelas y comunidades pueden ofrecer programas de educación sobre la salud mental que enseñan a los jóvenes a reconocer y manejar el estrés, la ansiedad y otros problemas emocionales.
- Reducción del estigma : Trabajar para reducir los prejuicios que existen sobre los problemas emocionales o adaptativos, normalizar la presencia de dificultades psicológicas a lo largo de la vida de una persona.
- Acceso a servicios de salud mental : Mejorar el acceso a los profesionales especializados o encargados de la salud mental.
- Intervención temprana : Formar a los profesores y a los profesionales de los entornos educativos para que detecten los primeros indicadores.
- Promoción de entornos seguros : Reducir el acceso a medios letales.
- Apoyo de pares : Fomentar las relaciones entre los amigos y transmitir el respecto hacia la diferencia y diversidad
- Educación sobre habilidades de afrontamiento : Crear espacios específicos para reforzar y o enseñar habilidades de autogestión emocional y resolución de problemas.
- Intervención en crisis : Establecer líneas de ayuda y servicios de intervención en crisis disponibles las 24 horas del día,
- Participación de la comunidad : La participación en las actividades comunitarias proporciona sentido de pertenencia.
- Formación de padres y cuidadores : Los padres y cuidadores deben recibir formación sobre cómo reconocer los signos de malestar o de suicidio.
- Monitoreo y seguimiento : aquellos adolescentes que sean más vulnerables o ya hayan expresado de una manera u otra sus dificultades han de ser seguidos por los servicios de salud mental-
Estos factores son generales pero en la población de 14 a 29 años la literatura ofrece factores específicos influenciados por las características evolutivas de ese grupo. Así un estudio publicado en Papeles del Psicólogo (2014) por Sanchez-Teruel y Robles Bello que revisa estudios desde 1980-2013 sobre los factores que promueven la resiliencia en adolescentes y adultos jóvenes, pero focalizando el interés en el riesgo de tentativa suicida o suicidio consumado muestra que el conjunto de factores es muy heterogéneo y pueden dividirse en internos y externos.
Según la tabla siguiente, los externos coinciden en su gran mayoría con las recomendaciones realizadas por la OMS y de los internos hablamos de la adquisición de recursos para entenderse, fortalecerse y saber resolver sus dificultades y conflictos. Nos llama la atención cómo ciertos estudios han destacado la esperanza, la gratitud, las habilidades para pedir apoyo y ayuda inmediata y la búsqueda del sentido de la vida.
La prevención del suicidio en adolescentes requiere un enfoque integral que involucre a profesionales de la salud, educadores, padres, pares y la sociedad en su conjunto para crear entornos de apoyo y recursos adecuados.
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