Por Mónica Lavilla

El miedo al abandono es uno de los temas que más angustia genera en personas con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), donde este temor forma parte del cuadro clínico central. Pero también puede estar presente, de forma distinta, en algunas personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), lo que a veces genera confusión diagnóstica o malentendidos en los familiares. Conocer estas diferencias puede mejorar el acompañamiento terapéutico y familiar.

En el TLP, el miedo al abandono suele ser intenso, urgente, persistente y desencadenar reacciones emocionales abruptas o conductas desesperadas para evitar la separación o la pérdida de la relación.

En el TEA, por el contrario, no es un síntoma central, pero puede surgir en contextos donde hay apego a rutinas relacionales, dificultades para interpretar las señales sociales o experiencias de rechazo repetido. En estos casos, la reacción suele ser más silenciosa: rigidez, aislamiento, ansiedad interna o generar evitación/aferrarse al vínculo por miedo a la imprevisibilidad. La pérdida de una persona significativa —aunque la relación no sea sana— puede percibirse como un cambio impredecible o doloroso. Ante ese temor, la persona con TEA podría tolerar situaciones incómodas para mantener la familiaridad del vínculo. Si ha habido muchas experiencias previas de rechazo, puede surgir una actitud de “no cuestionar” con tal de conservar la relación. Esto también puede estar influido por un aprendizaje previo de que sus necesidades no son válidas o serán malinterpretadas. Adicionalmente la persona con TEA puede tener problemas para verbalizar que algo le incomoda o no saber cómo poner límites. Esto, unido a una posible alexitimia (dificultad para identificar y nombrar emociones), favorece una actitud de sumisión relacional.

Para ayudar a diferenciar ambos perfiles, compartimos una tabla comparativa:

Característica
TEA (Trastorno del Espectro Autista)
TLP (Trastorno Límite de la Personalidad)
Es central al diagnóstico No. Puede aparecer, pero no es un rasgo esencial. Sí. Es un criterio diagnóstico principal.
Origen del miedo Inseguridad social, experiencias de rechazo. Apego inseguro, trauma relacional, invalidación traumática.
Reacción emocional Rigidez, evitación, ansiedad por cambios. Reacciones intensas, impulsividad.
Comprensión de intenciones ajenas
Limitada o confusa (alexitimia, dificultad social).
Hiperinterpretación y temor a rechazo.
Vinculación Ambivalente o distante. Altamente ambivalente, miedo constante a perder.