Una de las consecuencias y factores que sufre una persona con problemas y con trastorno de límite de la personalidad es el hecho de generarse autolesiones.
Es normal que cuando un familiar se encuentra con esta situación aparezca la incomprensión y el hecho de no saber cómo ayudarle.

La realidad es que en el momento en que una persona decide autolesionarse, lo que le sucede es que quiere traspasar esas emociones intensas que le aparecen. Algunas personas pueden expresarlo a través del llanto, mientras que otras encuentran un alivio a esa angustia o depresión a través de la autolesión.
Generalmente, la autolesión también es un punto desde el cual se realiza con el fin de no agredir a otra persona, prefiriendo la agresión a uno mismo.
En ocasiones, se considera que la autolesión también es una forma de llamar la atención, aunque realmente una persona que se autolesiona puede llegar a pensar que es la única forma que tiene de comunicarse y la única salida existente.
A veces, las autolesiones en el trastorno de límite de la personalidad y en otros casos, se viven en silencio y se ocultan durante mucho tiempo convirtiéndose en un elemento casi automático que sucede en ellos cada vez que aparece un evento de mucho estrés.
También hay que tener en cuenta que las autolesiones van a ir en aumento debido a que la persona que se hace daño cada vez tiene mayor tolerancia al dolor, con lo cual el daño será más severo convirtiéndose en una gran espiral.
Es necesario realizar una exploración personal con el fin de resolver el problema y buscar esa ayuda con el fin de que la autolesión no sea la única estrategia que vive la persona sino que existen otras circunstancias que pueden ayudarle a superar la situación con el tratamiento adecuado.
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