¿Qué es la gratitud?
Robert Emmons, tal vez el principal experto científico en gratitud, argumenta que la gratitud tiene dos componentes clave, como describe en su ensayo Good Greater, «Why Gratitude Is Good».
«Primero,» escribe, «es una afirmación de bondad. Afirmamos que hay cosas buenas en el mundo, dones y beneficios que hemos recibido «.

En la segunda parte de la gratitud explica, «reconocemos que las fuentes de esta bondad están fuera de nosotros mismos…… Reconocemos que otras personas -o incluso superiores, si tenemos una mentalidad espiritual- nos dieron muchos regalos, grandes y pequeños, para ayudarnos a alcanzar la bondad en nuestras vidas «.
Emmons y otros investigadores destacan la dimensión social de la gratitud. «Lo veo como una emoción que fortalece las relaciones«, escribe Emmons, «porque nos obliga a ver cómo hemos sido apoyados y afirmados por otras personas».
Debido a que la gratitud nos anima no sólo a apreciar los dones sino a devolverlos (o a pagarlos), el sociólogo Georg Simmel lo llamó «la memoria moral de la humanidad». Así es como la gratitud pudo haber evolucionado: fortaleciendo los lazos entre miembros de la misma especie que se ayudaban mutuamente.
Para investigar cómo la gratitud se relaciona con el vínculo y la empatía, la investigación pionera sería estudios a nivel cerebral.
¿Por qué practicarla?
En los últimos 15 años, cientos de estudios han documentado los beneficios sociales, físicos y psicológicos de la gratitud. La investigación sugiere que estos beneficios se dan para todas las personas que practican la gratitud, incluso en medio de la adversidad, como las personas mayores que se enfrentan a la muerte, las mujeres con cáncer de mama y las personas que sufren una enfermedad muscular crónica. Estas son algunas de las principales razones basadas en la investigación para practicar la gratitud.
La gratitud nos trae felicidad. Investigaciones de Robert Emmons, Sonja Lyubomirsky, y muchos otros científicos han mostrado que la práctica de la gratitud es uno de los métodos más confiables para aumentar la felicidad y la satisfacción con la vida. Además aumenta los sentimientos de optimismo, alegría, placer, entusiasmo y otras emociones positivas.
Por otro lado, la gratitud también reduce la ansiedad y la depresión y podría ser una parte útil de la terapia. La investigación sugiere que puede ayudar a reducir la depresión entre las personas con enfermedades crónicas.
A nivel corporal, los estudios de Emmons y su colega Michael McCullough sugieren que la gratitud fortalece el sistema inmunológico, baja la presión arterial, reduce los síntomas de la enfermedad y nos hace menos incómodos los dolores. También nos anima a hacer más ejercicio ya cuidar mejor de nuestra salud.
Las personas agradecidas duermen mejor: consiguen más horas de sueño cada noche, pasan menos tiempo despierto antes de dormirse, y se sienten más refrescadas al despertar. Si quieres dormir más profundamente, cuenta las bendiciones, no las ovejas.
La gratitud nos hace más resistentes: Se ha encontrado para ayudar a la gente a recuperarse de acontecimientos traumáticos, incluyendo veteranos de guerra de Vietnam con PTSD, víctimas de desastres naturales, y personas que viven bajo un conflicto político violento.
También fortalece las relaciones: nos hace sentir más cercanos y más comprometidos con nuestros amigos y colegas. Cuando los compañeros de trabajo sienten y expresan gratitud el uno por el otro, cada uno se siente más satisfecho en la relación. La gratitud también puede fomentar una división más equitativa del trabajo entre los socios.
Otro dato es que promueve el perdón, incluso entre los ex cónyuges después del divorcio. Además las personas agradecidas son más útiles, altruistas y compasivas, es decir, más prosociales.
Por último es buena para los niños: Los niños de seis o siete años son más generosos cuando se sienten agradecidos, y los adolescentes agradecidos tienden a ser más resistentes. Y en el ámbito escolar hace que los estudiantes se sientan mejor con respecto a su escuela y que los maestros se sientan más satisfechos, competentes y menos agotados emocionalmente.
Para más información: Lea el ensayo de Emmons sobre «Por qué la gratitud es buena» y el ensayo de Giacomo Bono sobre «Lo que todavía no sabemos acerca de la gratitud y la juventud».
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