Ya les comentábamos que los trastornos relacionados a la alimentación se pueden presentar en adolescentes, adultos y adultos mayores, que esto puede estar vinculado a un trastorno límite de la personalidad o enfermedad psicológica y que lo mejor es poner a la persona en manos de especialistas, pero ¿cómo identificamos las conductas de un desorden alimenticio? Aquí les dejamos una lista.


Obsesión: una de las conductas de un desorden alimenticio más común es la obsesión por el control. Escucha atentamente al individuo, se expresará ansiosa y obsesivamente sobre la comida, tratará de hacer cambios radicales en sus hábitos y controlar la cantidad de calorías así como las porciones y horas para comer.

Restricción: los verás suprimir la ingesta de algunos alimentos, también eliminan los líquidos pues aseguran que los hinchan y hacen ver gordos.

Cambios: si alguien en tu hogar sufre de un trastorno de la alimentación es probable que no quiera cenar más en la mesa del salón, aislarse, y se vea reactivo ante cualquier comentario sobre el cambio.

Nuevas rutinas: con el objetivo de engañar a su entorno, una de las conductas de un desorden alimenticio es combinar la pobre alimentación con una extenuante rutina de ejercicios. Así se le atribuirá la pérdida de peso al deporte.

Irritabilidad: no comer adecuadamente altera las horas de sueño, el humor, la capacidad de retención y procesamiento de información y esto, a su vez, termina en otras enfermedades. El sujeto con este trastorno suele ser irritable y sensible, busca aprobación de quienes lo rodean y si no la consigue tiene malas respuestas.

Nuevos métodos: una persona con bulimia, anorexia, vigorexia, etc. suele incorporar laxantes, diuréticos y otros complementos para acelerar la pérdida de peso.

Mirar la báscula: la estrella de las conductas de un desorden alimenticio es pesarse constantemente. Algunas personas llegan al punto de apuntar su peso incluso después de cada comida para controlar futuras porciones.

Ante la aparición de cualquiera de estas conductas de un desorden alimenticio es primordial hablar, brindarle apoyo a la persona que se encuentra en esta situación, hacerle entender que es bella/o y tiene mucho valor independientemente de su talla y peso, posteriormente guiarlo a tomar ayuda psicológica para evitar que los daños de estas enfermedades en el cuerpo y la mente sean irreversibles.