«El incremento de los casos de violencia machista -en el 2010, el 9,6% de las adolescentes reconocían haber sufrido malos tratos, frente al 10,5% del 2013- se explica, principalmente, por el acceso a las nuevas tecnologías que facilitan el acoso y los insultos. De hecho, casi el 29% de esas menores (de entre 13 y 19 años) reconocen haber sufrido o estar sufriendo un control abusivo de su vida -con quién hablan, dónde van, cómo han de vestirse, qué dicen….- por parte de su pareja o expareja.

Actualmente se considera maltrato formas menos clásicas como menospreciar, ridiculizar, insultar y otras de mayor calibre como aislar de los amigos, atemorizar, obligar a realizar actividades sexuales no queridas y golpear.  

Los chicos, por su parte, reconocen haber haber actuado de esas formas : presionar, insultar y ridiculizar, menospreciar, asustar… Y ambos reconocen que esto sucede con las nuevas tecnologías, de hecho  la profesora María José Diez Aguado señala que la mayor parte de este maltrato (25,2%) se realiza a través del teléfono movil»

Por esto apreciamos iniciativas como la de Pamela Palenciano, que enseña a los institutos a detectar los primeros signos del maltrato con el taller «No sólo duelen los golpes».

De este testimonio destacamos algo importante: «se aprende a maltratar porque se ha sido maltratada y es fácil que reproduzca de forma activa aquello que sufrí de forma pasiva»….algo así expresa Pamela Palenciano.

En la misma línea también destacamos el blog de  Ianire Estébanez, psicóloga y ciberactivista, autora del blog “Mi novio me controla lo normal”. Ambas experiencias no pueden ayudar a desarrollar un pensamiento crítico en cuanto a «como somos como mujeres, que debemos y no debemos aceptar, qué es amor, que es una relación de igualdad….»