Tango Argentino en la terapia cognitivo conductual

Una posible integración ejemplificada a través de un taller

Hans Gunia, Cynthia Quiroga Murcia

Últimamente se discuten más intensivamente y son más demandadas las aproximaciones corporales en la terapia cognitivo conductual (Tschacher et al. 2014).  Sin embargo, la oferta en terapia de cuerpo y danza fundamentada en terapia cognitivo conductual, es comparativamente pequeña. Pero Tango Argentino se puede combinar de manera excelente con enfoques y técnicas cognitivo conductuales y está basado en el cuerpo.


Tango Argentino se originó en el siglo XIX en Buenos Aires y Montevideo como una mezcla de raíces africanas, europeas y latinoamericanas.

Bailado inicialmente sólo por el estrato social más bajo de Buenos Aires, llegó esencialmente a Europa en dos oleadas, y desde Europa volvió a Buenos Aires. Así, estuvo de moda poco antes de la Primera Guerra Mundial en París, se extendió por el resto de Europa y fue, por medio de este desvío, aceptado por la clase alta de Buenos Aires como baile de salón. En la década de 1990, impulsado por shows de tango y espectáculos de orquestas de tango argentinos, vivió su segundo renacimiento mundial (Birkenstock /Ruegg 2000; Plisson 2001).  Hoy en día se puede bailar tango en casi todas las ciudades importantes del planeta. (Fleischmann 2011; Plisson 2001). El tango estándar difiere del Tango Argentino en que éste último se baila en secuencias menos rígidas, siendo más suave, más corporal y más improvisado. Por lo tanto, el Tango Argentino a veces es llamado «Caminar abrazados” (u. a. Sedó / Engel 2016). En lo sucesivo nos referiremos exclusivamente al Tango Argentino.

Lo que en nuestra opinión lo hace tan interesante al Tango Argentino para la integración en la terapia conductual es que para muchas parejas supone una actividad positiva (que en sí misma ya tiene un efecto antidepresivo), es algo nuevo y desconocido para las parejas, permite a las parejas enfermas descubrir los componentes saludables, es decir, las fortalezas personales, las preferencias y los comportamientos que no están influenciadas por la enfermedad (y así salir del rol de enfermo), contiene elementos de mindfulness (atención plena), en la medida en que los participantes perciben conscientemente la música, el espacio y el cuerpo,  y se concentran en el momento, y  aporta nuevas experiencias corporales, una mejor calidad de vida y más alegría de vivir. Más allá, el bailar Tango representa una oportunidad para la toma de contacto y una posibilidad de crear nuevas relaciones sociales. Esto posibilita la ocasión de ensayar y poner en práctica conductas asertivas y habilidades de comunicación para entrar en contacto con diferentes parejas de baile. Y de una manera muy sutil, a través del Tango se pueden tratar de forma amena temas tan sensibles como la higiene personal. Combinándolo con la psicoeducación, es posible aumentar la cuota de diversión y con ello aumentar la aceptación para la psicoeducación (Gunia / Berger 2016).

Estudios empíricos basados en evidencias apoyan el efecto positivo del baile sobre diversos síntomas emocionales y físicos: por ejemplo, en personas con

depresión (Koch et al. 2007; Pinniger et al. 2012), en pacientes con enfermedad de Parkinson (Hackney et al. 2007), en pacientes con cáncer (Mannheim/ Weis 2005), en pacientes con diabetes (Murrock et al. 2009), así como en pacientes con enfermedades del corazón (Belardinelli et al., 2008), y en pacientes traumatizados (Koch / Weidinger-von der Recke 2009).

Actualmente, el Tango es incluído cada vez más en la investigación como una intervención de danza terapéutica.

Pinniger et al. (2013) pudieron demostrar, por ejemplo, que bailar el Tango podía reducir los síntomas de una depresión auto informada tanto inmediatamente después de la intervención como en el seguimiento, y por lo tanto era superior a un grupo de meditación. Quiroga Murcia et al. (2009) investigaron las reacciones emocionales y hormonales al bailar Tango y qué influencia diferencial se podía atribuir a la pareja o a la música en dichas reacciones.  A 22 bailarines de Tango se les expuso a cuatro condiciones, en donde la presencia y la ausencia

de pareja y música variaba en un diseño de 2 x 2. Al principio y final de cada sesión, se pedía una muestra de saliva a los sujetos para el análisis de las concentraciones de cortisol y de testosterona, y el completamiento de un cuestionario para detectar su estado emocional. Quiroga Murcia et al. descubrieron que la combinación del movimiento del cuerpo con la pareja y con la música de tango, en comparación con movimientos sin pareja y sin música contribuía a cambios emocionales más positivos (aumento del afecto positivo y disminución del afecto negativo).

Por otra parte, se pudo detectar una reducción de la concentración de cortisol después de bailar el Tango, la cual dependía de la estimulación musical. Un aumento en la concentración de testosterona dependía contrariamente de la presencia de la pareja.

Bibliografía

Belardinelli, R., Lacalaprice, F., Ventrella, C., Volpe, L.,

Faccenda, E. (2008): Waltz dancing in patients with

chronic heart failure: New form of exercise training.

Circulation: Heart Failure, 1, 107–114, http://dx.doi.org/10.1161/circheartfailure.108.765727

Birkenstock, A., Ruegg, H. (2000): Tango. DTV, München

Fleischmann, G. (2011): Cyber-Tango. Argentinischer

Tango im Internet. In: www.cyber-tango.com,

21.2.2016

Gunia, H., Berger, H. (2016): Psychoedukative Familienintervention

(PEFI) bei schizophrenen Psychosen –

als Beispiele einer Mehrfamilienintervention. In:

Bäuml, S., Behrend, B., Henningsen, P., Pitschel-

Walz, G. (Hrsg.): Handbuch der Psychoedukation

für Psychiatrie, Psychotherapie und Psychosomatische

Medizin. Schattauer, Stuttgart

162 3 | 2016

Gunia, Quiroga Murcia

Hackney, M. E., Kantorovich, S., Earhart, G. (2007):

A study on the effects of argentine tango as a form

of partnered dance for those with Parkinson disease

and the healthy elderly. American Journal of Dance

Therapy 29, 109–127, http://dx.doi.org/10.1007/s10465–007–9039–2

Koch, S. C., Morlinghaus, K., Fuchs, T. (2007): The joy

dance: Specific effects of a single dance intervention

on psychiatric patients with depression. The

Arts in Psychotherapy 34, 340–349, http://dx.doi.org/10.1016/j.aip.2007.07.001

Koch, S. C., Weidinger-von der Recke, B. (2009): Traumatised

refugees: An integrated dance and verbal

therapy approach. The Arts in Psychotherapy 36,

289–296, http://dx.doi.org/10.1016/j.aip.2009.07.002

Mannheim, E. G., Weis, J. (2005): Tanztherapie mit

Krebspatienten. Musik-, Tanz- und Kunsttherapie

16, 121–128, http://dx.doi.org/10.1026/0933-6885.16.3.121

Murrock, C. J., Higgins, P. A., Killion, C. (2009): Dance

and peer support to improve diabetes outcomes in

African American women. The Diabetes Educator 35,

995–1003, http://dx.doi.org/10.1177/0145721709343322

Pinniger, R., Brown, R. F., Thorsteinsson, E. B., McKinley,

P. (2012): Argentine tango dance compared to

mindfulness meditation and a waiting list control:

a randomized trial for treating depression. Complementary

Therapies in Medicine 35, 60–77, http://dx.doi.org/10.1016/j.ctim.2012.07.003

Pinniger, R., Thorsteinsson, E. B., Brown, R. F., McKinley,

P. (2013): Tango dance can reduce distress

and insomnia in people with self-refered affective

symptoms. American Journal of Dance Therapy 20,

377–384

Plisson, M. (2001): Tango. Palmyra, Heidelberg

Quiroga Murcia, C., Bongard, S., Kreutz, G. (2009):

Emotional and neurohumoral responses to dancing

tango argentino: the effects of music and

partner. Music and Medicine 1, 14–21, http://dx.doi.org/10.1177/1943862109335064

Sedó, M., Engel, D. (2016): Tango de Salon. In: www.tangodesalon.de, 21.2.2016

Tschacher, W., Munt, M., Storch, M. (2014): Die Integration

von Tanz, Bewegung und Psychotherapie

durch den Embodimentansatz. körper – tanz – bewegung

2 (2), 54–63, http://dx.doi.org/10.2378/

ktb2014.art10d

Die Autoren

Hans Gunia

Diplom-Psychologe, Lehrtherapeut

und Supervisor VT und DBT,

tätig in eigener verhaltenstherapeutischer

Praxis. Fortbildungen

und Veröffentlichungen zu den

Themen Verhaltenstherapie bei Psychosen,

Psychoedukation, dialektisch-behaviorale

Therapie bei Borderline-Persönlichkeitsstörungen

und Tango Argentino in der Verhaltenstherapie.

_ Hans Gunia

Psychologische Praxis

Heidelberger Landstraße 17 | 164297 Darmstadt

gunia@vt-forsthaus.de

www.vt-forsthaus.de

Dr. Cynthia Quiroga Murcia

Diplom-Psychologin, Psychologische

Psychotherapeutin, tätig in

eigener verhaltenstherapeutischer

Praxis in Darmstadt.

_ Dr. Cynthia Quiroga Murcia

Psychologische Praxis

Heidelberger Landstraße 17 | 164297 Darmstadt

quiroga@vt-forsthaus.de

www.vt-forsthaus.deTango Argentino en la terapia cognitivo conductual