El nivel de estrés al que se ven sometidos muchos adolescentes por sus estudios, por sus familias, por el simple hecho de ser adolescente y de vivir cambios hormonales es muy grande. Los nervios, la preocupación, la depresión, la inquietud son algunas de las tantas cuestiones que pueden suceder en estos casos y que podrían derivar en la ansiedad en adolescentes.

La ansiedad es uno de los llamados grandes “males” de este siglo junto con la depresión, por eso es que hay que estar alerta sobre las situaciones que se viven para que no se vea afectado en demasía.

Cuando un niño o un adolescente sufre de ansiedad, se puede llegar a generar un trastorno con ello y por ende que termine en otro tipo de patología como puede ser el trastorno obsesivo compulsivo o en su defecto el TLP.

Un trastorno de ansiedad podría llegar a producirse por un evento especial en su vida como puede ser la muerte de un ser querido.

Generalmente, la ansiedad no viene sola y se acompaña de otro tipo de síntomas como los problemas de atención, la hiperactividad, los problemas de alimentación, la depresión, entre otros.

Pero hay que tener cuidado porque en ocasiones, la ansiedad en adolescentes y en adultos se ve como un problema leve, como algo que no tendrá grandes consecuencias.

¿En qué momento la ansiedad se puede convertir en un trastorno? Cuando está presente por mucho tiempo. Los síntomas que verás en los niños son muy claros como por ejemplo el miedo, el nerviosismo, la timidez, el hecho de querer evitar algunos lugares, etc. La ansiedad también genera distintos tipos de consecuencias como el hecho de irritar a la persona, el que se sienta fatigada continuamente, que entre en pánico y que sufra de taquicardia.

Es importante que los padres estén atentos y que ante cualquier tipo de situación o circunstancia que se viva en estos casos de ansiedad en adolescentes se acuda a un profesional lo antes posible.