Los trastornos de personalidad pueden variar de leves a severos. Por lo general surgen durante los últimos años de adolescencia y persisten en la edad adulta. La amplia gama de síntomas asociados con el TLP incluye sentimientos que son abrumadores en la naturaleza y difíciles de manejar sin recurrir a conductas autolesivas, la dificultad para mantener relaciones y algunos períodos de desconexión con la realidad.

 

Las personas que padecen TLP son sensibles, y lo que podría parecer pequeñas cosas a los demás puede desencadenar reacciones intensas para ellos.

Es difícil de controlar o reducir estas reacciones una vez que ocurren, y es muy difícil pensar con claridad.

Las autolesiones y comportamientos impulsivos son normales como resultado de todo lo que se espera. Un ciclo negativo se establece y salir de este ciclo es difícil – pero no imposible, como se creía anteriormente.

El TLP suele ser diagnosticado por un psiquiatra, y la persona debe experimentar al menos cinco de los siguientes síntomas antes de ser diagnosticado con el trastorno:

  • -Miedo a estar solo durante largos períodos de tiempo o de abandono
  • -Relaciones inestables o cambiantes (por ejemplo, puede cambiar fácilmente entre amar y odiar a alguien)
  • -Baja auto-imagen y poca claridad acerca de la identidad o sentido de sí mismo
  • -Comportamientos impulsivos o perjudiciales (por ejemplo, el gasto excesivo, sexo inseguro, el abuso de sustancias, conducción peligrosa, atracones de comida)
  • -Conducta suicida y autolesiones
  • -Cambios de humor al azar
  • -Sentimientos de inutilidad generalizados, el vacío o la tristeza
  • -Súbita y / o ira intensa que es difícil de controlar
  • -Paranoia o la pérdida de contacto con la realidad relacionada con el estrés

Por otra parte, un gran porcentaje de personas que padecen TLP desarrollan un comportamiento suicida, lo que significa que esta enfermedad es un problema grave.

La etiqueta de trastorno de límite de la personalidad también tiene un historial de uso indebido y por ese motivo existe un real prejuicio.

El TLP necesita de un diagnóstico clínico.

En el pasado, a este tipo de personas se los veía como que querían llamar la atención y no como que tenían una enfermedad. Como resultado, muchas personas sintieron vergüenza y no buscaron o desearon tener un diagnostico real.

Esta situación está cambiando poco a poco, y ahora muchas personas se han pronunciado sobre la recepción de su diagnóstico TLP con una sensación de alivio al saber lo que les está sucediendo y cómo obtener el tratamiento adecuado.

Si está experimentando algunos de los síntomas de TLP y está luchando para hacer frente, hablar con un profesional de salud mental es la gran solución. Puede ser difícil de manejar por su cuenta, y es importante buscar la ayuda adecuada.