El tema de la salud mental en si mismo es especialmente delicado. Está lleno de prejuicios, desinformación y malas prácticas y lo normal es que cuando hablamos de “problema mental” nos de la impresión de que la persona tiene una dificultad, y que eso es responsabilidad sólo suya. Sin embargo se ha contemplar necesariamente el papel del entorno.
La situación empeora en el caso de la salud mental y la mujer, ya que nos encontramos con una triple discriminación: el género, tener una discapacidad, y la imagen social estigmatizada de la salud mental con respecto a otras discapacidades físicas o intelectuales.
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