Las emociones son las protagonistas y narradoras de la divertida y emocionante historia de Riley. Desde su cerebro (llamado en la historia Cuartel General) la alegría, la tristeza, el asco, la rabia y el miedo van tomando decisiones sobre quien de ellas debe intervenir ante las diferentes situaciones vitales en las que se va encontrando la niña, con la intención de protegerla y ayudarla a crecer de forma sana. Forman parte de una estructura más amplia que en la película se describe de forma bastante parecida a la realidad: los recuerdos, los apegos, el olvido y la memoria. Cada estructura tiene su función y su funcionamiento integrado (Sistema Nervioso).

Todo va bien hasta que Riley se ve obligada a dejar repentinamente su hogar y mudarse a una nueva cuidad y un nuevo colegio, lo que la coloca en una situación de duelo y readaptación. Es aquí cuando las emociones entran en conflicto entre ellas, ya que la alegría pretende capitanear la situación, dejando de lado al resto de las emociones, para evitar que la niña sufra.
La decisión de alegría de que Riley sea feliz pese a su realidad cambiante pone a todo el sistema en peligro y no será hasta que las emociones logren actuar en equipo cuando la niña encontrará la manera de adaptarse y continuar adelante. De vital importancia a nuestro entender la función de la tristeza en esta historia, sin la cual, la adaptación de Riley no hubiera sido posible.

Os recomendamos que la disfrutéis!