Expresar aprecio puede transformar tu relación.

La mayor parte de las parejas se dividen las tareas diarias de algún modo, ya sea a través de una conversación explícita acerca de quien se encargará de cada tarea o a través de un acuerdo implícito que se ha desarrollado durante el tiempo.

Así se expresa : «Nunca nos hemos sentado a discutirlo, pero a mi marido se le empezaron a olvidar fechas importantes hace años, porque él sabía que yo las retenía de memoria. Y yo asumo que él se encarga de las tareas más mecánicas. Incluso cuando nos vamos de viaje, me he dado cuenta de que nos hemos dividido de forma inconsciente las tareas para hacer la maleta».

Esta habilidad para dividirnos las tareas y tener áreas de especialización puede comportar un gran beneficio para las relaciones, siempre y cuando se adapte bien a los dos integrantes de la pareja. Pero el inconveniente de dividirse las tareas es que cuando empiezas a hacer algo por rutina se convierte rápidamente en tu «trabajo». Y cuando algo es tu trabajo, se espera de ti que le prestes atención, por tanto resulta en una reacción menos agradecida. Algo que es perjudicial porque todos queremos sentirnos apreciados por el trabajo que hacemos, sobretodo cuando son tediosas tareas del hogar.

Ser valorado por tu trabajo no sólo te hace sentir mejor sino que además puede tener el poder de transformar esas tareas mundanas de algo que debes hacer a algo que quieres hacer. En una serie de estudios, los investigadores les preguntaron a parejas acerca de sus tareas del hogar, como de valorados se sentían por hacerlas y como de satisfechos se sentían en sus relaciones. El equipo descubrió que las personas que se sentían valoradas por su pareja por hacer hacer sus tareas de casa mostraban más interés por hacerlas e incluso les gustaba. Para la mayoría de la gente, hacer más tareas significaba que no estaban tan satisfechos con sus relaciones, pero este efecto negativo se evaporaba para aquellas personas que se sentían valoradas por realizar las tareas de casa.

Las expectativas, por otro lado, no sólo reducen el agradecimiento, sino que también puede contener resentimiento. Que tu pareja haga su «trabajo» se convierte rápidamente en el «status quo » y realmente solo te das cuenta (y sólo de forma negativa) de cuando no la hace. Nos ha pasado a todos. Puede que no te hayas dado cuenta de que algo se ha convertido en la «obligación» de tu pareja, hasta que te encuentres a ti mismo en silencio (o no tanto) quejándote de que un día no se hizo: «No tiraste las bolsas de basura a la calle hoy? Pero si tú siempre tiras la basura!»

Tómate algunos minutos para pensar acerca de los «trabajos» que tú y tu pareja realizáis; algunos son grandes y otros pequeños. Si tu pareja sale a trabajar fuera de casa ¿Cuando fue la última vez que le agradeciste de forma auténtica el hecho de ir a su trabajo cada día? Si tu pareja se queda en casa ¿Cuando fue la última vez que le agradeciste de forma genuina haberse encargado de las tareas de la casa? Asegurate de que las pequeñas tareas de la vida cotidiana -sacar la basura, organizar el horario de los niños, pagar las facturas, hacer la colada – no se pierden, también.

Date cuenta que hay veces donde si que decimos gracias, pero no tienen verdadera influencia – un «gracias» rápido, como los que damos después de que alguien haga la comida, es una parte requerida de nuestro «guión» a la que le puede faltar la profundidad de una verdadera y genuina expresión de aprecio.

Para los que estéis pensando, «¡Pero están haciendo su trabajo! No puedo decir gracias cada vez que hacen aquello que deben hacer». Considera como te sentirías cuando alguien te agradece haber realizado un trabajo bien hecho. Y ten en cuenta que no hace falta que des las gracias siempre –sólo lo suficiente como para que sea percibido- pero lo deberías hacer con un sentimiento genuino. De hecho, es hasta posible que un rápido «gracias» cada vez vuelva esa expresión de gratitud en una expectativa y reduzca su impacto. Si realmente quieres crear una impresión, agradécele a tu pareja no solo por hacer su trabajo, sino también por ser como es.

A modo de conclusión: Si puedes expresar gratitud genuina la próxima vez que tu pareja hace uno de sus «trabajos», puede que la/lo veas hacerlo con más ganas, y más frecuencia. Y si puedes mostrar aprecio por tu pareja, quizás ves que te es devuelta y tu también recibes más «gracias».

(Traducción del artículo «Why to thank your partner for doing the chores». Amie M. Gordon. March, 30, 2017. Originalmente publicado en Psychology Today).