Un artículo publicado en octubre de 2021 en la prestigiosa revista científica The Lancet por varios investigadores, entre ellos el Dr. Martin Bohus, recoge lo último del trastorno límite de la personalidad (TLP). Te resumimos lo más importante.

     1.- El trastorno límite de la personalidad forma parte de un espectro amplio y bastante heterogéneo en el que sobresalen tres dominios característicos: emociones intensas y rápidamente cambiantes (incluida la impulsividad); identidad inestable; y problemas en las relaciones interpersonales. 

Emociones intensas y rápidamente cambiantes: significa que estímulos de intensidad media o baja (además de alta) pueden activar una reacción emocional intensa, siendo difícil para la persona rebajarla o inhibirla.

Identidad inestable: la persona experimenta frecuentemente confusión y dudas sobre como es, si gusta a los demás y a sí misma y si está siendo adecuada. Esas dudas tienen que ver con su imagen corporal, su personalidad y su comportamiento. A causa de ello experimenta sufrimiento, cambia de opinión y le resulta realmente difícil mantener una misma meta a lo largo del tiempo. 

Problemas en las relaciones interpersonales: significa que en las relaciones no logra encontrar una distancia emocional saludable. A veces se agobia apartándose y a veces se acerca demasiado, siendo excesivamente demandante; siente que da más de lo que recibe y se frustra; experimenta miedo al abandono cuando se vincula y trata de evitar que el otro la deje a base de comportamientos “tóxicos”; no se siente tranquila y confiada en la relación; le cuesta fluir y participar de la experiencia, al estar vigilante y tensa por hipersensibilidad al rechazo. Como consecuencia vive las relaciones con los demás de forma contradictoria y fluctuante. 

     2.- La mayoría de los comportamientos disfuncionales agudos, como las autolesiones recurrentes, los pensamientos suicidas crónicos, los ataques de ira o la sensibilidad al rechazo del trastorno límite de la personalidad pueden entenderse como consecuencias inmediatas o como estrategias de la persona para afrontar alguno de estos tres dominios. 

     3.- El trastorno límite de la personalidad se puede diagnosticar en la adolescencia.

     4.- La comorbilidad del TLP con otros trastornos mentales es muy frecuente y debe evaluarse simultáneamente

     5.- El riesgo de sufrir trastornos somáticos comórbidos es elevado en personas con trastorno límite de la personalidad, incluyendo un mayor riesgo de sufrir enfermedades infecciosas (por ejemplo: VIH, hepatitis), enfermedades endocrinas y metabólicas, y enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Por ello se debe alentar a las personas con TLP a participar en chequeos médicos regulares y buscar tratamiento para sus afecciones somáticas. 

     6.- Los síntomas del TLP aparecen en la adolescencia temprana, alcanzan su punto máximo en la adolescencia tardía y disminuyen a partir de entonces.

     7.- El trastorno límite de la personalidad en la adolescencia empieza o se desarrolla juntamente con síntomas de trastornos internalizantes (como la depresión y la ansiedad) y/o trastornos externalizantes (como alteraciones de conducta, hiperactividad y consumo de sustancias). 

     8.- La prevalencia del TLP parece ser más alta en mujeres que en hombres en entornos clínicos. 

     9.- El TLP ya no se considera intratable. La tasa de remisión es del 60%.