Ya van más de 500.000 testimonios de mujeres de todas las edades y condiciones denunciando que sus padres, tíos, abuelos, primos, profesores, compañeros de trabajo y de estudios… han abusado de ellas. De nosotras.

¡Qué alivio saber que no soy un bicho raro! Que yo NUNCA he tenido la culpa. Y que preocupante saber también que la mayoría de los hombres practica el abuso y agresión a las mujeres impunemente.

Ahora ya no tengo que demostraros nada. Vuestra negativa a escucharme y a hablar sigue doliéndome pero me he dado cuenta, por fin de que la que lo ha hecho mal no soy yo. Somos millones.

G.B.