Suicidio y redes sociales

 

Gracias a las redes sociales nuestro mundo real se ha ampliado al digital. Su uso  está cada día más presente en nuestras vidas, sobretodo entre el público joven al que llegan de forma directa. Se calcula que un estudiante de universidad utiliza el teléfono unas cuatro horas y media al día y  prácticamente la mitad del uso tiene que ver con redes sociales y comunicación. Por otra parte sabemos que  el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

Al cruzar esos datos es inevitable preguntarse si las nuevas formas de comunicación  influyen positiva o negativamente en la tasa de suicidios.

Los estudios indican que hay cinco aspectos de las redes sociales que tienen o pueden tener una influencia negativa sobre el suicidio:

– Aislamiento social

– Efecto Werther y el efecto Papageno

– Ciberbullying

– Ciberpactos: personas desconocidas que a través de la red se ponen de acuerdo para suicidarse

– Comunidades extremas: foros en internet de personas que se ponen de acuerdo para motivarse unos a los otros.

 

El aislamiento social es relevante porque conlleva soledad y esta eleva la ideación suicida. Sabemos que el Efecto Werther es el efecto contagio que tiene el suicidio de un famoso y el efecto Papageno es lo contrario y se produce cuando alguien que quiere suicidarse encuentra razones en los demás para no hacerlo. Con respecto al ciberbullying, su efecto es parecido al bullying tradicional, pero el problema es que es más invasivo, permanente y no tiene límites.

Pero ¿por qué las redes sociales pueden favorecer el suicidio? Básicamente por un efecto de normalización (cortarse o tomarse pastillas es tratado como algo normal), la competición en las comunidades extremas (por ejemplo La Ballena Azul) y el efecto contagio.

El factor de riesgo suicida más importante en la adolescencia es la vivencia de situaciones estresantes (soledad, problemas con los amigos, con los estudios) y se ha visto que aunque  la actividad social alta en general es protectora no lo es cuando el adolescente vive situaciones vitales duras. Es decir, las redes sociales no protegen cuando hay eventos estresantes.

 

¿Qué podemos hacer para combatir la influencia negativa de las redes?  El efecto Werther se puede minimizar si los medios de comunicación son muy cuidadosos al informar de los casos y siguen al pie de la letra lo que dice la OMS. Con respecto a la posibilidad de encontrar “medios de suicidio” en las redes sociales, es necesario que se regule. Habría que acabar con la normalización de las conductas suicidas apelando a la responsabilidad de los que albergan las webs (por ejemplo Google y Facebook  han diseñado campañas y tomado medidas para la detección, comunicación e intervención ante episodios detectados de cibersuicidio). Por tanto las redes sociales son una oportunidad para la investigación, para detectar el riesgo y, por ejemplo, formentar grupos de ayuda buscando el efecto Papageno.

Para concluir destacar que Internet tiene que ver con estilos de vida y los estilos de vida condicionan la  conducta suicida. Internet y todas las redes sociales pueden ser un factor de riesgo sobre todo lo que se refiere a aislamiento e imitación de conductas y al ciberbullying, pero también es una oportunidad para encontrar personas que están aisladas y ofrecerles ayuda y hacer intervención en situación de crisis.