Ya sabemos que el Trastorno de Límite de la Personalidad es una de las enfermedades que más cuesta diagnosticar y que si bien se avanza sobre ella día a día debido a sus efectos y a sus consecuencias podría confundirse con otro tipo de enfermedad.

 

Esto hace que la inestabilidad emocional de una persona en sus relaciones en general sea muy grande, con lo cual, quienes conviven con alguien que sufre del Trastorno de Límite de la Personalidad deben estar todo el tiempo advertidos de lo que podría llegar a suceder en todos los casos para saber cómo actuar y cómo tomarse cada uno de sus actos, sabiendo no sólo la inestabilidad sino los cambios repentinos que puede llegar a tener una persona con una dolencia de este estilo.

Todos coinciden en que no existe una sola causa para que una persona sufra de TLP. Se ha comprobado que la genética tiene mucho que ver y que puede llegar a aumentar las probabilidades de desarrollar esta enfermedades en una persona, pero también influyen factores sociales, educativos y traumas vividos.

Generalmente cuando se le da a la persona el tratamiento adecuado, puede lidiar con su vida y llevar una vida normal sabiendo que puede tener días buenos como días malos. Últimamente, en este tipo de terapias se incluye también al entorno más cercano para que puedan comprender mucho más la enfermedad, ayudar a la persona y saber cómo actuar en cada caso para que la convivencia sea lo más sana posible y no se convierta en un calvario.

La angustia que puede vivir una persona que convive con alguien que sufre de Trastorno de Límite de la Personalidad es muy grande, ya que sus cambios repentinos pueden llegar a confundir y a no llegar a comprender por qué se torna todo tan hostil con las personas que más quiere.

También hay que conocer las tendencias al extremo en cada circunstancia y las probabilidades de que pueda autolesionarse, con lo cual, la familia y el entorno debe aprender a detectar estos momentos y saber cómo actuar en cada caso para ayudar a quien sufre de Trastorno de Límite de la Personalidad.

Lo ideal es hacer una terapia integral, en donde también puedan participar y sentirse así una base importante para la efectividad del tratamiento.